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¿Qué es el Seminario?
El seminario es una casa de formación para jóvenes y adultos, que tras un proceso vocacional son aceptados, e inician un itinerario de formación que los conduce al Ministerio Sacerdotal.
Identidad e Historia
Desde su fundación canónica el 22 de agosto de 1644, el Venerable Sr. Obispo Juan de Palafox y Mendoza, de acuerdo con la Cédula Real del 14 de julio de 1643 del Rey de España Felipe IV, con la cual se pretendía llevar a cabo el mandato de Trento de fundar seminarios para la formación de los futuros sacerdotes, fundó canónica, jurídica y económicamente el Seminario Tridentino de Puebla para reorientar los esfuerzos anteriores como los logrados por su antecesor Don Diego Romano, quien en 1604 fundara el Colegio de San Juan, como Seminario en Puebla.
Quiero ser Sacerdote
En Cristo Jesús cada uno es llamado a la santidad, es decir, a vivir en comunión con Dios y a abrirse a los hermanos a través de un camino personal y creativo. Cada uno responde a esta vocación con su propia vida. Vocación a la santidad en la vida familiar, en la vida sacerdotal y religiosa, vocación a la santidad en el mundo del trabajo, en casa, en la escuela, en el Seminario, etc.
“Instituyó doce para que estuvieran con Él”: “Subió al monte y llamó a los que Él quiso: y vinieron donde Él. Instituyó doce para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar…” (Mc 3,13-15).
¿Quiero ser Sacerdote?
¿Qué necesito?
- Ser varón.
- Estar bautizado.
- Tener vocación al sacerdocio.
- Tener una vida acorde a su misión.
- Tener buena salud física y psicológica.
- Ser capaz de vivir el celibato.
- Llevar una formación en filosofía y teología, según la normativa de la Santa Sede.
- Estar «incardinado», es decir pertenecer a una diócesis o instituto religioso de derecho pontificio o prelatura.
- Y más importante, querer darse completamente al amor de Jesucristo y de los hermanos.
¡Tú Seminario!
Para lograr este objetivo, el Seminario ha de ofrecer una formación inicial, que sea integral y gradual, a fin de favorecer el pleno desarrollo de la personalidad humana, cristiana y sacerdotal de los candidatos al sacerdocio.
(cf. DP 875; PDV 61; DA 319).