Tiene como objeto el conocimiento cada vez más profundo de los misterios divinos y del mundo al cual el sacerdote es enviado a servir.
Los seminaristas egresados del Curso Introductorio habrán alcanzado una nivelación cultural que les permita afrontar los estudios filosófico teológicos. Por lo tanto, se habrán afianzado en un método de estudio, en el hábito de la lectura, la comprensión, la reflexión, la expresión y la redacción, así como en la adecuada disciplina y organización personales que les faciliten un estudio eficaz.
Al término de la etapa filosófica el seminarista se habrá afianzado en un método propio de estudio, habrá adquirido una sólida disciplina académica y habrá desarrollado las habilidades intelectuales que le permitan un estudio eficaz. Asimismo, habrá adquirido y asimilado una amplia cultura filosófica que se expresará en la pasión por la verdad y en un pensamiento crítico capaz de analizar objetivamente la realidad, comprender y dialogar con diversos enfoques culturales y sistemas de pensamiento.
Al concluir la etapa teológica el candidato al sacerdocio será capaz de dar razón de su fe, habrá profundizado y asimilado el mensaje revelado a través de una amplia cultura bíblica, teológica, espiritual y pastoral; habrá desarrollado una sólida capacidad de reflexión y análisis teológico fiel al Magisterio de la Iglesia y adquirido las habilidades que le permitan iluminar teológicamente la realidad de su vida personal y aplicar sus conocimientos al ejercicio del ministerio de la palabra, de la santificación y de la conducción del Pueblo de Dios.