Quiero ser Sacerdote

La palabra vocación significa “Llamada”. Dios llama a cada persona que viene a este mundo.

Él tiene un plan, un proyecto de amor sobre cada uno de nosotros. En Cristo Jesús cada uno es llamado a la santidad, es decir, a vivir en comunión con Dios y a abrirse a los hermanos a través de un camino personal y creativo. Existe una vocación que es común a todos: es la vocación a la santidad. Cada uno responde a esta vocación con su propia vida. Vocación a la santidad en la vida familiar, en la vida sacerdotal y religiosa, vocación a la santidad en el mundo del trabajo, en casa, en la escuela, en el Seminario, etc.

La palabra vocación significa “Llamada”. Dios llama a cada persona que viene a este mundo.

Él tiene un plan, un proyecto de amor sobre cada uno de nosotros. En Cristo Jesús cada uno es llamado a la santidad, es decir, a vivir en comunión con Dios y a abrirse a los hermanos a través de un camino personal y creativo. Existe una vocación que es común a todos: es la vocación a la santidad. Cada uno responde a esta vocación con su propia vida. Vocación a la santidad en la vida familiar, en la vida sacerdotal y religiosa, vocación a la santidad en el mundo del trabajo, en casa, en la escuela, en el Seminario, etc.


 

¿Qué necesito?

  • Ser varón.
  • Estar bautizado.
  • Tener vocación al sacerdocio.
  • Tener una vida acorde a su misión.
  • Tener buena salud física y psicológica.
  • Ser capaz de vivir el celibato.
  • Llevar una formación en filosofía y teología, según la normativa de la Santa Sede.
  • Estar «incardinado», es decir pertenecer a una diócesis o instituto religioso de derecho pontificio o prelatura.
  • Y más importante, querer darse completamente al amor de Jesucristo y de los hermanos.

Contacta con nuestro equipo de Pastoral Vocacional, para mayores informes.

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